Pueblos de venezuela

Pueblos de Venezuela visitados por nuestro equipo viajero

Lagunillas

Descripción
Ciudad netamente petrolera a unos 80 km de Maracaibo, en la Costa Oriental del Lago. Diría que es la población petrolera por excelencia, tiene todo lo referente a la industria, una magnífica vista del Lago con sus cabrias, pozos, balancines, edificios de PDVSA, el Comisariato, clínicas, empresas contratistas y los campos residenciales. Muchas de las casas de estos campos son las originales de los tiempos de la Creole y la Shell.

Vale la pena visitar Lagunillas si se quiere tener una idea más real de cómo fueron estas poblaciones que crecieron alrededor de la industria.

Se puede llegar desde Maracaibo vía Lara-Zulia cruzando en la estación de servicio El Cordobés o desde Ciudad Ojeda Vía Intercomunal.

Galería de fotos



Toponimia
Según Tulio Chiossone (Diccionario Toponímico de Venezuela, 1991), Lagunillas en tiempos de la colonia era un pueblo de agua, es decir, de palafitos. Probablemente de allí su nombre.

En un mapa del Zulia, publicado en 1915, aparece el pueblo al lado de una Ciénaga de Lagunillas. Un amigo me dijo que sus padres llegaron a ver el «pueblo de agua» de Lagunillas.

En la época colonial, el lugar se llamaba Paraute, ya que allí desemboca el río del mismo nombre. No he encontrado la fecha en que se dejó de llamar Paraute y comenzar a ser conocido como Lagunillas, pero al menos es así desde el siglo XVIII, ya que el obispo Mariano Martí lo registra en sus notas de esta manera: Y los indios de Paraute (Lagunillas) con los de Misoa, de los cuales son amigos, van a recoger me o brea… (1)

En el Diccionario Geográfico-Histórico del coronel Antonio de Alcedo, publicado en 1788, aparece una entrada para Paraute y dice:

PARAUTE, Pueblo de la Provincia y Gobierno de Maracaibo en el Nuevo Reyno de Granada, situado á orilla del E de laguna de Maracaibo, y del río de su nombre.
Este que es pequeño nace en el país de los Indios Giraharas, corre al O, y entra en la laguna
(2)

Algo de historia
Hace unos 14 mil años, llegaron a la costa oriental del Lago de Maracaibo, indígenas de origen caribe (3). El etnólogo Luis Ramón Oramas1, especifica que se trata de la etnia de los quiriquires, pero no los quiriquires del centro del país, y que la confusión se debe al descuido de los españoles en dar nombre a las tribus, y que estos fueron sacados por el capitán Juan Pérez de Cerrada, de la ciénaga del Zulia y Chama, asaltantes de Gibraltar y que tienen nexos con los barí (motilones), tribu caribe (4).

De manera pues, que para 1620, en el Lago de Maracaibo, además de los quiriquires y paraujanos, los toas, arubáes, aliles y zaparas. Los quiriquires eran los más numerosos, un total de 355, de los cuales 98 moraban en frente de la boca del río Paraute (5).

Con el tiempo, Paraute se convirtió en el puerto de salida de productos provenientes de Carora y El Tocuyo (6). La explotación petrolera comenzó en la zona a principios del siglo XX, la Shell construyó el muro de contención para ganarle terreno al lago, que nos recuerda el trabajo hecho en Holanda2.

El terrible incendio de 1939 en Lagunillas de agua.
Unos de los acontecimientos más trágicos ocurridos en Venezuela, fue el incendio del 13 de noviembre de 1939, en Lagunillas. Mucha agua ha corrido bajo el puente y mucho se ha escrito sobre el siniestro, lo cierto es que hoy existen dos versiones sobre lo que a acaeció esa noche en Lagunillas de Agua en el año 1939.

Antecedentes
Antes de ser zona petrolera, esa bella ribera del Lago servía de asentamiento a una población de origen añú3 llamada Paraute, cercanas a esta, y más al sur, se encontraban otros poblados palafíticos como: Moporo, Tomoporo y Ceuta. Quizás eso explica el arraigo que sentía la población por su terruño. Amor fatal que terminó en tragedia aquella noche fatídica de 1939.
Además de esas poblaciones, existían otros pueblos de agua muy famosos como Sinamaica, Santa Rosa, Isla de Toas, Bobures y Zapara, entre los más destacados. Una de los que recibió más afectación por causa de la explotación petrolera fue Paraute debido a que se encontraba dentro de una zona estratégica de la concesión petrolera entregada a la empresa Venezuela Gulf Oil, tanto en las aguas del Lago, como en tierra.
En 1928 la compañía la Royal Dutch Shell hizo los trabajos del muro de contención y secó algunas ciénagas para poder edificar las instalaciones, algunos pozos y residencias ubicadas en tierra que dieron lugar a Lagunillas de Tierra. Ese mismo año ocurrió un incendio bastante grande, en teoría, provocado por derrames en esta población, que según las crónicas destrozó parte del pueblo, entre esas edificaciones estaba la iglesia donde se encontraba la imagen o efigie de San Benito de Palermo, muy venerado en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo.

Es importante resaltar el hecho de que previo al 13 de noviembre de 1939, ocurrieron otros incendios en los años 1927, el ya mencionado de 1928 y otro en 1932. El de 1939 forzó a la población a mudarse de los palafitos de forma definitiva. La Venezuela Oil Concessions  (VOC) era en ese entonces la empresa petrolera con mayor fuerza productiva en la zona y la ubicación del poblado resultaba incómoda para sus explotaciones, razón por la cual envió un emisario a hablar con el entonces presidente del país, el General Eleazar López Contreras, con la propuesta de construir una ciudad que sirviera para desalojar, no solo a quienes vivían en Lagunillas de agua, sino también a los que lo hacían en la de tierra, para eso ofreció una generosa extensión del hato Las Morochas y el pago de gran parte del personal que construiría dicha población.

Los hechos (versión oficial)
Ese 13 de noviembre de 1939, según algunos testimonios, el jefe civil del pueblo, Fernando Olmos, se movía nervioso por La Planchada o Calle Real y las tres avenidas de madera, advirtiendo a todas las familias que, en la superficie del lago, debajo de las viviendas, lucía una espesa nata de petróleo derramado por dos tuberías rotas del Pozo 1 de la compañía Venezuela Gulf Oil. Entrada ya la noche de ese fatal día, una mujer oriunda de la capital de nombre Alicia Mendoza, propietaria del Bar Caracas, quiso prender una lámpara de kerosén, y al hacerlo, el fuego llegó a sus manos. Inmediatamente lanzó el artefacto por una de las ventanas y se originó el gran incendio, donde fallecieron innumerables personas junto a cientos de casas destruidas.

Versión no oficial
Los testimonios, datos y relatos de supervivientes, junto al trabajo de investigadores, refieren hoy una realidad muy distinta a la contada durante años. El discurso repetido y convertido en verdad sobre tan fatal suceso, no establece clara responsabilidad directa de las empresas transnacionales por el mal manejo de la extracción del petróleo, por el contrario, convenientemente toda la culpabilidad del hecho recayó sobre Alicia Mendoza, la propietaria del bar. Para nadie es un secreto los efectos de la explotación petrolera por los constantes derrames, que en este caso contaminaron las aguas del lago, lo que imposibilitó su uso doméstico, costumbre arraigada en el pueblo añú. Por esa misma razón los peces desaparecieron, la turma no volvió a nacer y los patos silvestres fueron ahuyentados. Esto motivó los reclamos de parte de los habitantes del lugar, quienes, en reiteradas oportunidades, se dirigieron a las autoridades de turno quienes hicieron caso omiso a la situación planteada. En tal sentido, resultan clave para descifrar los enigmas de aquel suceso en primer lugar, el testimonio presentado por el Sindicato de Obreros y Empleados Petroleros de Lagunillas en la persona de Jesús Farías, quien señala que, el día 13 de noviembre en horas de la mañana estalló un oleoducto y la capa de petróleo empezó a cubrir las orillas del lago, como los peligros aumentaban, se iniciaron los reclamos ante las autoridades y ante la Gulf, empresa responsable del “reventón”. Sin embargo, como era costumbre nada se hizo, sino advertir del peligro que esto representaba. Lo que queda claro con todo lo ocurrido, era el choque de intereses que estaba en juego en esa época. Según el historiador José Rafael Hernández Ferreira, ya la empresa había negociado en varias oportunidades con el gobierno, incluso directamente con el entonces presidente Eleazar López Contreras, la construcción de Ciudad Ojeda, cuyo decreto oficial para su fundación fue el 19 de enero de 1937 y se comenzó a construir en 1938 con una veintena de casas y otras instalaciones públicas. Aunque los intentos por lograr que los pobladores se reubicarán fueron infructuosos. Un dato importante que poco se menciona y de difícil comprobación por el tiempo transcurrido, fue el aportado por el cronista Yldefonso Finol, donde menciona que la empresa fabricante de lámparas de kerosene, señalada como causante del incendio, realizó una investigación donde concluyeron que la versión sobre la culpabilidad de la señora Alicia Mendoza era falsa, y que no hubo ninguna de sus lámparas involucradas en el suceso (7).
Los testimonios y anécdotas son inmuebles y quedará para la posteridad esclarecer los verdaderos hechos, si es que algún día ocurre. Lo cierto es que Lagunilla y Ciudad Ojeda renacieron como el ave Fénix después de la tragedia, ave mítica que forma parte del escudo y la bandera del municipio Lagunillas del estado Zulia. 

Lenín García.

Ubicación
N 10º 08,122′ W 71º 15,822′ (Av. Intercomunal, Iglesia Santa Rosa de Lima)

Altura
0 msnm (hay zonas con altura de unos pocos metros bajo el nivel del mar).

Población
7547 (2011, fuente Wikipedia)

Fecha de fotos
19.12. 2004.  


Germán Montero Alcalá
2004

Revisión
07.09.2023


Referencias
(1) VILA, Pau. El obispo Martí: Interpretación humana y geográfica de la larga marcha pastoral del obispo Mariano Martí en la Diócesis de Caracas. Universidad Central de Venezuela, Dirección de Cultura, Tomo I, Caracas 1980, p. 199.

(2) DE ALCEDO, Antonio. Diccionario Geográfico-Histórico de Las Indias Occidentales ó América. Tomo IV. Imprenta de Manuel González, Madrid 1788, p. 95.

(3) SALAZAR ZAÍD, Iván. Aspectos históricos del Zulia. Fundación editorial El Perro y la Rana, Caracas 2012, p. 217.

(4) ORAMAS, Luis Ramón. Patronímicos Quiriquires y Paraujanos comparados con el Guajiro. Publicado en la revista De Re Indica, Vol. 1, No. 1, Sept. 1918. Sociedad Venezolana de Americanistas “Estudios Libres”, Caracas 1918, p. 23.

(5) Ibidem.

(6) DANTÍN CERECEDA, Juan. Exploradores y conquistadores de las Indias. Relatos geográficos. Instituto Escuela, Madrid 1922, p. 80.

(7) aporrea.org/actualidad/a217465.html (Consultada el 07.09.2023)

Notas
1 Luis Ramón Oramas. Nació en Tácata, estado Miranda en 1884 y falleció en Caracas en 1967. Farmacéutico, etnólogo, naturalista y lingüista.

2 Se está haciendo énfasis en usar “Países Bajos” en lugar de Holanda, lo cual es correcto. El nombre del país en holandés es Nederland (Neder = bajo). Holanda es la región occidental del país, donde se construyeron los famosos diques.

3 Según Luis Ramón Oramas, los pobladores de Paraute, al menos para 1620, eran quiriquires (caribes). Los añú, también llamados paraujanos, son arawacs.

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